lunes, 28 de marzo de 2016

ORIGEN DE "EL DÍA DE LA MADRE"

      El Día de la Madre o Día de las Madres es una festividad que se celebra en honor a las madres en todo el mundo, en diferentes fechas del año según el país.
   
Las primeras celebraciones del Día de la Madre se remontan a la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades.


  Igualmente los romanos llamaron a esta celebración Hilaria cuando la adquirieron de los griegos. Se celebraba el 15 de marzo en el templo de Cibeles y durante tres días se realizaban ofrendas.

      Los católicos transformaron estas celebraciones para honrar a la Virgen María, la madre de Jesús. En el santoral católico el 8 de diciembre se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción, fecha que los católicos adoptaron para la celebración del Día de la Madre.
     Uno de los primeros países en separar la celebración de la Inmaculada y el Día de la Madre fue Estados Unidos, tendencia que acabaría llegando a España en 1965, cuando se decide que el día de la madre se celebrará el primer domingo de mayo, fecha que aún se mantiene.



En Inglaterra hacia el siglo XVII, tenía lugar un acontecimiento similar, también relacionado con la Virgen, que se denominaba Domingo de las Madres. Los niños concurrían a misa y regresaban a sus hogares con regalos para sus progenitoras. Además, como muchas personas trabajaban para gente acaudalada y no tenían la oportunidad de estar en sus hogares, ese Domingo se le daba el día libre para visitar a sus familias.
     A pesar de que los colonos ingleses intentaran por todos los medios mantener esta bonita celebración del Día de la madre en Estados Unidos, la fiesta acabó cayendo en desuso durante muchos años. Fue la activista Julia Ward quien en 1870 escribió un apasionado llamamiento a la paz y al desarme para el Día de la madre. El 2 de junio, esta poetisa y activista organizó una gran manifestación a la que invitó a todas aquellas madres que hubieran perdido a alguno de sus vástagos en la guerra. Las buenas intenciones de Ward Howe no llegaron a buen puerto. A pesar de que su congreso con motivo del Día de la madre se mantuvo durante un par de años, la idea no acabó por calar en la conciencia de los americanos.
     Fue Anna Reeves Jarvis la que años después conseguiría afianzar la celebración del Día de la madre. En 1907 esta activista inició una fuerte campaña a nivel nacional para conseguir que se instaurase oficialmente la celebración del Día de la madre el segundo domingo del mes de mayo, fecha en la que precisamente había fallecido su propia madre.
      Pero sin duda el año 1914 fue el que decantó la balanza a favor de las progenitoras americanas, cuando el presidente Woodrow Wilson convirtió el Día de la madre en una celebración oficial en todo el país.

     A pesar de que las fechas no coincidan, lo cierto es que los tradicionales regalos que se acostumbran a hacer en el Día de la madre a las progenitoras son bastante similares en todo el mundo. Las flores -siendo el clavel y la rosa los grandes protagonistas-, los bombones y sobre todo las cosas hechas a mano con mucho cariño son los tres elementos que más se repiten entre los hijos de todo el mundo. Y es que las grandes y copiosas comidas familiares, así como los regalos forman parte de la tradición de este señalado día.